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viernes, 3 de febrero de 2017

ZOZULYA Y LA AFICIÓN DEL RAYO VALLECANO


    Yo no sé si Zozulya es nazi. No conozco qué sentimientos tiene cuando ve un documental de Hitler o charla con sus amigos sobre blancos, negros, judíos o rusos. Lo que sí sé es que Zozulya, consciente y públicamente, se ha posicionado a favor de colectivos que exhiben simbología nazi, como son el batallón Azov o el grupo ultra del Dnipro, White Boys, formaciones con líderes claramente embarcados en la extrema derecha. Esto son evidencias, ahí están las fotografías para documentar esta realidad. Es una evidencia, sin más.
     Como también es evidente que Ucrania está en guerra y que muy poca gente en España conoce el verdadero contexto de un conflicto que alimenta irremisiblemente el ultranacionalismo. Para muchos civiles ucranianos los soldados son héroes porque consideran que evitan la invasión rusa. Quizá por eso numerosas celebridades ucranias, entre ellos Zozulya, activan rifas y ayudas para combatientes heridos o familias de caídos en combate. Queramos entenderlo o no, en un país en guerra una foto posando con un arma embutido en una casaca militar no tiene la misma connotación que en España.



    El que escribe y la inmensa mayoría de los que estáis leyendo este texto no hemos vivido una guerra. Es muy enriquecedor hablar con personas que están en Ucrania y que te ofrecen una visión más profunda de lo que ocurre allí. Como bien enseña la Historia, la propaganda también es un fusil dañino porque dispara falsedades, estigmas y clichés que acaban convirtiéndose en apellidos. Insisto: no sé si Zozulya es neonazi, pero sí que se ha abrazado públicamente a grupos que escenifican abiertamente esa simbología.
    Los asuntos trascendentes retratan al periodismo actual. El asqueroso amarillismo, el obsesivo click, la compulsiva búsqueda de mierda banal y los vídeos con más música de suspense que información veraz se adueñan de una historia que en lo puramente periodístico resulta fascinante. Sobre el asunto Zozulya se leen, escuchan y ven auténticos disparates. Es curioso cómo los contertulios hablan de nazis, rayistas y futbolistas como hablarían de expulsiones, derbis y árbitros. Gente que no se ha arrimado a Vallecas ni para tomar un café, exige con su tono y talante que lo que sale por su boca sea considerado palabra de Dios. Se falta a la verdad sin rubor y se miente sin sonrojo. Y creedme que no es lo mismo una cosa que la otra.



      La inmensa mayoría de los hinchas del Rayo Vallecano no desean que Zozulya vista la franja. Y la inmensa mayoría de los hinchas del Rayo Vallecano lo ha expresado con argumentos y con respeto. Y muchos de ellos, a los cuales tengo el enorme privilegio de conocer y empaparme de sus enseñanzas, están infinitamente más formados que la inmensa mayoría de los periodistas. Bukaneros es Bukaneros y la afición del Rayo es la afición del Rayo. Para hablar de esto hay que conocerlo, por eso duele la cantidad de opiniones gratuitas y hasta irrespetuosas que se han vertido en las últimas horas. Dos tipos que insultan a Zozulya, que intentan amedrentar con métodos mafiosos no representan a la masa social del Rayo. A Bukaneros, como les he trasmitido muchas veces a algunos de ellos, les falla la puesta en escena. Pero la única verdad es que contra el fichaje de  Zozulya se han posicionado cientos de peñistas y aficionados del Rayo. Y lo han hecho con máximo respeto. Aunque eso no venda.
      Para la mayoría de ellos realmente no es una cuestión de izquierdas o derechas. Ni de política. Es una cuestión de valores. No quieren que alguien que ellos consideran filonazi juegue en su equipo. Y así lo expresan. Como estoy seguro que harían con un lateral maltratador de mujeres, un defensa que presumiera de racista o un mediocentro xenófobo. Son cuestiones mucho más trascendentes que una afiliación política. Decir que Raúl Martín Presa se pliega a sus ultras o a sus socios es una barbaridad, porque si algo ha demostrado su gestión es precisamente todo lo contrario. Presa tiene un defecto básico: no escucha. Y esta vez tampoco ha escuchado a aquellos que, desde dentro del club, le advirtieron de las consecuencias del fichaje de Zozulya.