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miércoles, 26 de diciembre de 2012

LOS GRANDES OLVIDADOS DE ESTA MIERDA


          Onda Madrid (y Telemadrid) pagan buenos sueldos. Muy buenos sueldos. Y se cobra con puntualidad. Es imprescindible no olvidarlo en el día a día, abrir la ventana y comprobar que fuera hace frío y llueve, que todo lo relacionado con la profesión presenta un escenario lamentable. Y con mucho más motivo de un tiempo a esta parte. Esta filosofía la practican muchos de mis compañeros, que disfrutan de su trabajo, que “curran” a gusto. Con los problemas cotidianos de cualquier trabajo, sí, pero con ilusión. Muchos de los que estáis leyendo este artículo sabéis que en demasiadas ocasiones es una quimera trabajar en algo que te haga siquiera moderadamente feliz. Por eso es indispensable abrir la ventana y echar un vistazo al exterior, sentirte un privilegiado.
           Otros optaron por tapiar la ventana, tumbarse en la hamaca y disfrutar eternamente de un “cocktail” sabroso, de esos que se toman con pajita. Se abrazan al convenio como si fuese Angelina Jolie o George Clooney. Conocen cada arruga, cada lunar, cada punto G,H y Z del “Gran Convenio de Trabajadores”. Pero siempre con la ventana cerrada, no vaya a ser que entre una ráfaga de viento y mueva su “paraíso” particular. Y otros (los menos) se orinan en el convenio, en el paraíso, en el viento, en el cocktail y, de paso, en el compañero de al lado. Estos últimos entraron hace demasiado tiempo en una dinámica de “golferío laboral” intolerable. Su microclima es el de la falta de respeto permanente por su trabajo… y el de los demás. Y luego están los trabajadores “fuera de convenio”, habitualmente denostados porque muchos de ellos cobran cifras inadmisibles para un medio de comunicación público. Pero yo en este artículo quiero hablar de los “fuera de convenio” que trabajan como el que más y que cobran como el que menos.
            Quizás ya conozcas el inmenso problema que tienen encima los trabajadores de Onda Madrid y Telemadrid. Quizás no, y me parecería absolutamente normal. Digo esto porque algún “iluminado” debe de pensar que todo el mundo conoce esta situación, ya que se permite el lujo de mantener en silencio una emisora de radio de manera indefinida. No, no me refiero al derecho a hacer huelga o no (faltaría más), sino a que pienso que es intolerable que durante largos días sólo se escuchen en una radio las señales horarias, que no aparezca de vez en cuando una locución para contarle al oyente (¡¡¡sagrado!!!) por qué su radio está en silencio. Si has oído hablar del ERE (Expediente de Regulación de Empleo) que se va a llevar a cabo en Onda Madrid y Telemadrid, habrás escuchado alguna que otra vez el número 925. Quizás lo hayas visto en las protestas del sorteo de la Lotería, quizás en las pancartas colgadas en los puentes cercanos a la Ciudad de la Imagen, quizás en alguna de las concentraciones de protesta, quizás en alguna red social. Se ha llegado a la convicción de que van a ser 925 personas las afectadas por este ERE. No es verdad.

               
          Los primeros damnificados por el ERE ya están aquí. No voy a dar sus nombres fundamentalmente por respeto hacia ellos, y también porque los conozco muy bien y sé que no les gusta un pelo aparecer como “mártires” de esta historia. Finalizan contrato ya, el 31 de diciembre. Hacen el mismo trabajo que los demás (o más), pero no cobran como los demás. No tienen nómina, no tienen  “chupetines”, no tienen asuntos propios (ni ajenos), no les pagan la gasolina, no reciben ni un vale de comida, no tienen vacaciones remuneradas. Nada de nada. Se pagan su Seguridad Social cada mes y el IVA cada tres meses porque son autónomos. Se les va más de medio sueldo en impuestos. Incluso les bajaron el 5% de los funcionarios, en una decisión que roza lo dantesco. Presentan, copresentan, animan, producen, hacen reporterismo, narran, cogen el inalámbrico, hacen fútbol, baloncesto , cricket… y hasta información general si es necesario. Se pagan un viaje de su bolsillo para poder seguir gozando de lo que más les gusta. Siempre encuentran amigos o familiares en cualquier ciudad de España porque la empresa ni siquiera les costea una noche de hotel. Tampoco una dieta de viaje, por supuesto. Echan uno, dos o tres cables a compañeros de otras secciones aunque no lo permita la “letra pequeña” de su convenio particular. Les encanta su trabajo, disfrutan con cada transmisión, con cada programa, con cada partido. Gritan “uhhhhhhh”, dicen “ñiki ñiki” o berrean “Viva la radio” con alegría y pasión por su profesión. Y le ponen una ilusión increíble, contagiosa, a pesar de que demasiadas personas no les tratan como merecen.
            Ellos son los grandes olvidados de esta mierda. Y os cuento por qué. Porque jamás los sindicatos se preocuparon por su situación, de hecho me atrevo a afirmar que no tienen ni puñetera idea de que su contrato expira ya mismo. Porque ni siquiera algún responsable/jefe de la empresa ha tenido la delicadeza de llamarles para contarles qué pasa con su futuro. Sí, una llamada simbólica, de esas que demuestran que en esta vida no todo se remite a lo pragmático. Porque incluso en esta coyuntura tienen que aguantar que algún “defensor de los valores” les pregunte si van a hacer huelga o no. No, no van a hacer huelga porque ni siquiera pueden elegir, no son trabajadores de la casa. Económicamente han de hacer la huelga por obligación. De hecho, mientras los trabajadores “de convenio” ya han cobrado diciembre, los “sin convenio” no tienen ninguna opción de percibir su salario a corto plazo porque en su caso nadie le da al “botoncito”. Le duela a quien le duela, los grandes olvidados de esta mierda han tenido y tienen mucho menos apoyo del que merecen. De hecho, son más queridos, respetados y reconocidos por los oyentes y por otros compañeros de profesión que en su propio “hogar”. Por eso estoy seguro que les reconforta que una compañera hable de ellos habitualmente en su diario, o que un jefe se invente lo de los “14 Yumas” para dejarles claro que aquí todos vamos en el mismo barco. Da igual que seamos 14, 15 o 112, que sean “Yumas” o “Yumitas”. Simplemente es un gesto simbólico, un pequeño detalle. Y es que algunos gilipollas seguimos pensando que los pequeños detalles son los que agitan el corazón de las personas.
            Ellos, los que se van ya, merecen este trabajo mucho más que aquellos compañeros que les han faltado al respeto. Como alguien que se negó a acompañar a un “sin convenio” a por una maleta con equipos técnicos porque “estaba en su turno de cerveza”. O cuando otro le dijo a un “sin convenio” que no era su esclavo simplemente por pedirle que llevara una maleta al despacho de los técnicos de exteriores. O cuando algún abonado al “golferío laboral” no quiso grabar a un “sin convenio” una entrevista para el día siguiente porque ya era demasiado tarde. Éstas son las verdades del barquero, entre otras cosas porque las he visto yo, el que firma con nombre y apellidos, con mis propios ojos. Hay quien se empeña en transmitir lo contrario, pero la realidad de Onda Madrid dista mucho de ser nubes de colores, piruletas de fresa o gominolas con formas de corazón. Ejemplo de ello es la historia de los grandes olvidados de esta mierda.

martes, 11 de diciembre de 2012

NOS LO LLEVAREMOS A LA TUMBA




Anoche, tarde, muy tarde, después de un día largo e intenso, con 0 grados en el indicador del coche y la Avenida de la Albufera casi desierta, hice dos llamadas. Realmente no las hacía yo, sino todos mis compañeros de Onda Madrid. Llame a Leva y a Jony. Ellos, con ese entusiasmo que sólo tienen los "héroes" y con ese corazón que sólo atesoran los que disfrutan ayudando a los demás, son los grandes artífices de que anoche el Estadio de Vallecas latiera por la radio... por nosotros. A los dos, a Leva y a Jony, les dije que ni en 10 vidas les podríamos agradecer un gesto tan hermoso, un momento tan especial. Quizás la ternura de las letras sirva para gritar bien alto nuestro agradecimiento al rayismo.

Sabéis que Onda Madrid (y Telemadrid) se encuentran en pleno Expediente de Regulación de Empleo (ERE), con un 80% de la plantilla afectada. La radio somos una barquita pequeñita que navega siempre cerca de la orilla, cerca de la gente que toma el sol. Cuidamos y nos dejamos cuidar. Les dejamos que entren en nuestra barquita pequeñita porque les necesitamos. Ellos son nuestros oyentes. Somos una barquita pequeñita con muchos marineros que merecen la pena. Una barquita pequeñita que ahora trata de aguantar en el mar a pesar de la contundencia de las olas y de los daños de la embarcación. Una barquita pequeñita de la que casi nadie se ocupa y que ni siquiera recibe el "guiño" de aquellos que lo tendrían que hacer por obligación. 

Algo sabía, algo me habían contado. Por eso llegué a Vallecas inquieto, descentrado, con esa "incomodidad" que provoca ocupar el papel de protagonista indirecto. Pero nunca me imaginé que en el minuto 10.13 (por aquello del dial de Onda Madrid) iba a asistir a la aparición de varias pancartas repletas de cariño, reconocimiento, amistad, fuerza, empuje, romanticismo, valentía... y rayismo. Fue simplemente inefable, inolvidable, emotivo hasta el infinito y más allá.


SIN ONDA MADRID, LA FRANJA DEJARÁ DE LATIR EN LA RADIO. Una leyenda brutal, preciosa. Cuando la radio se hace con el corazón, los sentimientos laten con fuerza. Así fue con el Rayo de los 90, así fue con el "EuroRayo", así fue con el Rayo enterrado en Segunda B, así fue en Eibar, así fue en los ascensos, así fue con el "Tamudazo", así sería en la Regional Preferente, así será siempre. La franja late, sigue latiendo con mucha fuerza en nuestra emisora.

AGUANTE ONDA MADRID. Grito que se podría corear en Vallecas o en el Monumental de Buenos Aires. Qué fuerza transmite ver, sentir esa pancarta en el lateral de la Albufera. Aguante, aguante. Tened claro que si Onda Madrid se mantiene en pie será gracias a sus oyentes, a todos los deportistas que tanto nos están ayudando y a muchos compañeros de profesión, que empujan con nosotros con una franqueza impactante. Es la única vía. Es la vía más bonita.

EN JUEGO, NUNCA CAMINARÉIS SÓLOS. "En Juego" es nuestro programa vespertino de deportes. "Nunca caminaréis solos" nos lo enseño Juanma, un oyente que se nos fue demasiado pronto y que estoy seguro está empujando desde la azotea por su gente, por su radio. Sí, esa pancarta apareció anoche en el estadio. ¿Puede existir algo más hermoso?

QUE NO SE APAGUE LA VOZ DEL FÚTBOL MODESTO. Si el Rayo bajara a Regional Preferente, allí estaría Onda Madrid para narrar sus partidos.  Por nuestro Rayo viajamos en avión, tren, coche, autocar, "guagua", barco, bicicleta, tándem o triciclo. Siempre con un micrófono en la maleta para que la franja pueda latir en la radio. Eso fue, es y será innegociable.

SIN LA CABINA 18, SEREMOS MENOS VALLEKANFIELD. La cabina 18 de Vallecas es la de Onda Madrid. Muchos dicen que es incómoda, fría y pequeña. Yo no la cambio por ninguna. Desde ahí hemos tenido el privilegio de contarlo todo, lo bueno y lo malo, la euforia y las lágrimas, el Girondins y el Pájara Playas. Desde la cabina 18 vibramos con el ambiente más inglés de Europa.

LOS RAYISTAS SOMOS GENTE MAT. Gente MAT es gente con etiqueta Madrid al Tanto. Hay mucha gente con esa etiqueta. Son todos aquellos que sienten el fútbol de "tierra", que algún día pasaron por él o que nunca se quisieron marchar de él. El fútbol más bonito del mundo. Admiro a muchos de mis compañeros con etiqueta MAT que desde la discreción se están dejando la vida por su radio. Admiro también a otros que ya no están pero que siempre serán gente MAT, porque esa etiqueta es mucho más que un oficio, que una radio, que un trabajo. Aquí manda el sentimiento. Y eso a la gente del "Rayito" le sobra.

POR SALAMERO Y ENRIQUE MURO, #SALVEMOSONDAMADRID. Buffff. Ésta es sin duda la que nos toca más adentro. Javier Salamero y Enrique Muro son dos locutores de radio que cuando les apetece siguen pegando berridos ahí arriba. Muchos de mis actuales compañeros compartieron batallas, vivencias y goles con ellos, otros como yo aprendimos a sentir la radio gracias a sus voces. Salamero y Muro vivían pegados al Rayo Vallecano, luchaban para que la franja latiera con fuerza en Onda Madrid. Es una pancarta maravillosa, insuperable.


Jamás podremos devolver el cariño que nos está insuflando Vallecas. Pero todos mis compañeros y yo os queremos decir que lo de anoche fue increíble, que perdurará en nuestra memoria eternamente. Pase lo que pase. Nosotros no estamos luchando por un puesto de trabajo. Nosotros estamos peleando para que no se muera una radio que vibra con los modestos, que acompañó la zurda de Michel, cabeceó con Bolo, corrió con Cota, lloró el gol de Tamudo, se pone los guantes con Ismael y celebra los goles de Natalia. Y sobre todo, una radio que salta, llora, ríe, se enfada, celebra y se come el bocadillo con el hincha de la fila 12.

Gracias, Leva. Gracias, Jony. Gracias, rayistas. Gracias a la mejor hinchada del mundo, la del Rayo, por su enorme corazón. Pusistéis la voz en un momento en el que nosotros no podíamos hablar. Nos habéis hecho inmensamente felices. Nos llevaremos esto a la tumba.